"Merezco enamorarme": el miedo de volver a sentir
- Luis Palacios
- 12 may
- 4 Min. de lectura

Merezco enamorarme pero tengo miedo de volver a sentir o tal vez sea mejor decir "...a volver a salir decepcionado o lastimado?"
Hace un tiempo atrás cuando un colega y muy buen amigo mio estaba saliendo con una chica. Ella no es de Bolivia, por tanto, su contacto era mayormente vía redes sociales y un día estando descansando en el cuarto de supervisiones en el centro de terapia que frecuentaba, él me mostró su foto y me contó brevemente cómo se habían conocido. En eso, entre risas, me comenta: "Bueno, también merezco enamorarme..." En ese momento no lo dijo en un contexto serio, ni mucho menos reflexivo, sin embargo, esa pequeña frase me hizo pensar luego algunas cosas.
El enamoramiento, como lo decía mi amigo Bismarck Pinto, es el "estrés del deseo", por ser visto como aquella etapa creada para inhibir aquel deseo que surge cuando un mamífero encuentra a su posible pareja. Esto claramente genera un sin fin de descargas de diversas hormonas y neurotransmisores que realmente confunden al cerebro, pudiéndose generar inclusive síntomas similares a la depresión.
Helen Fisher, una antropóloga fascinada por estudiar el amor romántico (que no es más que el enamoramiento), identificó cómo el cerebro enamorada generar una cierta adicción, esto debido principalmente a la acumulación de dopamina en las células llamadas ApEn (células constituidas de dopamina que inundan el cerebro).
Las investigaciones sobre el enamoramiento son diversas, pero estos dos párrafos ya pueden darte una idea del porqué el caos que puede generar el enamoramiento y si a este caos le aumentamos que al final las cosas no resultan como esperábamos, pues el caos se duplica o triplica, generando mucha angustia e incertidumbre.
Y muchas veces este dolor es tan potente, tan molesto, que optamos por mecanismos de defensa que logren "apagarlo" de manera rápida.
Estos mecanismos suelen ser efectivos al corto plazo, logran su objetivo y nos sentimos nuevamente bien, sin embargo, a largo plazo puede que nos vuelvan a traer problemas, ya que la solución que otorgan es meramente temporal.
Tal vez ya te hayas dado alguna idea a lo que me voy refiriendo: ir a tomar cada vez que el dolor aparece, distraerse con las redes sociales cuando la tristeza toca tu puerta, etc. Existen una infinidad de soluciones rápidas pero ineficientes a largo plazo que en más de una ocasión las hemos tomado. Entre este bagaje de soluciones esta la de evitar situaciones por el miedo que nos produce volvernos a sentir defraudad@s.
¿Qué hacer cuando entre toda esa "evitación" empezamos a sentir nuevamente "cosas" por una persona?
¿Será prudente volverme a enamorar o aún no estaré list@?
Son preguntas válidas para un corazón que ha sufrido por una o más rechazos amorosos ¿no crees?
Y realmente uno puede saber mas o menos cuando esta list@ para volverse a dar el chance de intentar estar con alguien y posiblemente comenzar otra relación. Esto uno lo puede comprobar cuando ha logrado "cicatrizar" esa herida de la anterior relación, ha logrado hacer las paces con ese dolor que al principio parecía insoportable y hoy en día ha logrado enseñarte algo y estas camino nuevamente a conseguir esos objetivos personales que tanto anhelas.
Tener la certeza que los recuerdos de esa anterior relación ya han sigo guardados de manera que no irrumpan cuando estés conociendo a una nueva persona y que además has logrado convivir en paz con tu soledad, volviendo la elección de pareja algo netamente impulsado por el amor.
Pero y el miedo ¿que hacemos con el?, ¡ey! finalmente es una emoción como cualquier otra, a la cual no le ha llegado el memo que vivimos en pleno 2025 y que la amenaza a la cual esta reaccionando no es mas que un ¡simple cita! Sin dejar de lado que paralelamente esta tu cerebro operando 24 horas bombardeándote de pensamientos sobre lo mal que lo pasaste antes, sobre lo mal que hiciste, sobre que cosas diferentes puedes lograr hacer, etc.
Me acuerdo que cuando me paso aquello, recibí un buen consejo de una amiga. Si, sentía que debía darme una pausa de tener citas, porque ya me había declarado anteriormente y todas esas veces salieron muy mal, sentía que mi corazón estaba hecho polvo y tenía que defenderlo ¿cómo? guardándolo hasta nuevo aviso. Sin embargo, ese día de café con mi amiga, ella me dijo algo como que "igual si dejaba de salir, tampoco sabría que cosas estoy haciendo mal o que cosas puedo mejorar."
Va mas o menos así...
"Ok, no salgo más porque estoy seguro que me van a lastimar a la larga o que lo que hago no es suficiente para las personas" (una afirmación bastante generalizada pero a veces así nos tratamos), por tanto, al no salir no generas mas vínculos afectivos, no conozcas mas personas y no logras desarrollar mayores habilidades para conocerlas y te quedas en aquella angustia que inicio todo.
Al final llegas a lo mismo: angustia y mucha incertidumbre, atrapándote en una burbuja sin salida.
Esto me hizo reflexionar y entender que realmente la mejor forma de trabajar con el miedo no es evitándolo, esa aceptar que esta ahí y afrontarlo (hay un estudio incluso que afirma aquello desde el punto de vista neuronal) y poco a poco descubrir que no había sido tan peligroso como pensábamos, nos ayudará a encontrar realmente lo que deseamos en una pareja.

¡Así que ese es el reto! La mejor forma de trabajar el miedo es afrontándolo, paso a paso y paulatinamente ¿lo aceptas?
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